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Alberto Fernández se reunió con Joe Biden en la Casa Blanca y le pidió apoyo para la negociación con el FMI

La Argentina busca aliviar las metas por el impacto de la sequía y la falta de reservas de dólares.

El presidente Alberto Fernández llegó en una camioneta negra, a las 14.40, hora local, 15.40 de Argentina, a la explanada del ala oeste de la Casa Blanca para ver al presidente Joe Biden. Fue recibido por el secretario de protocolo de la presidencia estadounidense y, en una planificada coreografía, habitual en la mansión de la Avenida Pennsylvania, permanecieron unos minutos en un salón de bienvenida donde firmó el libro de invitados y luego se dirigió al Salón Oval, atravesando la galería de columnas que flanquea el Jardín de las Rosas.

Fernández tuvo la satisfacción de sentarse por fin en ese mítico lugar de cortinas doradas, donde suelen tomarse las decisiones más importantes del planeta. Allí, en un breve intercambio ante la prensa, Fernández le explicó al estadounidense que la Argentina sufría “la peor sequía desde 1929” y le pidió ayuda ante los organismos de crédito. La principal negociación del Gobierno es con el FMI.

Y más tarde, cuando hablaba sobre el cambio climático, aprovechó para hacer un pedido a Biden: “Ustedes saben que Argentina está padeciendo la peor sequía desde 1929 que se registre. Esto ha complicado mucho nuestra economía y esa nueva realidad se la estamos planteando a los organismos de crédito. Espero que nos sigan acompañando como lo hicieron hasta ahora”.

La frase se interpretó como un pedido de apoyo para la negociación con el FMI, cuando este viernes el directorio ejecutivo analiza una flexibilización de metas reservas del programa y en Washington se especula con que, dada la gravedad de la situación económica, la Argentina podría pedir aún más.

También es un pedido de respaldo ante otros organismos de crédito como el Banco Mundial y el BID, que pueden prestar dinero que más allá de que sean destinados a distintos proyectos, engrosan las reservas en dólares. El ministro Sergio Massa anduvo recorriendo los distintos despachos de esas instituciones.

Más tarde en una conferencia de prensa, Fernández dijo que le había pedido a Biden que “Estados Unidos nos siguiera acompañando en los organismos internacionales de crédito para poder construir ese puente que nos permita pasar este año con más tranquilidad. El presidente me dijo que contara con él y con su gobierno”, expresó.

La reunión a solas entre los dos mandatarios duró 20 minutos, algo menos de lo habitual, rompieron el hielo manifestando la preocupación por la salud del Papa Francisco, que está internado, y “es un amigo en común”, dijo luego Fernández. Detrás del escritorio de Biden, que es católico, había una serie de fotos familiares, y entre ellas una del demócrata con Francisco.

Después ambos se trasladaron al “Cabinet room”, el salón contiguo donde estaba el resto de los funcionarios. Ese encuentro ampliado duró poco más de una hora.

La bienvenida de Biden

“Hace mucho que esperábamos esto”, dijo Biden a Fernández en el Salón Oval, ni bien se sentó a su lado se refería así a la suspensión de la cumbre en julio por el Covid.

Biden remarcó que eran 200 años de relación bilateral y que la reunión era una “oportunidad para reafirmar que nada está fuera de nuestro alcance si trabajamos juntos”. Y le agradeció el apoyo por la guerra en Ucrania.

Luego la Casa Blanca emitió un breve y formal comunicado sobre la reunión en el que resaltó la cooperación argentina para fortalecer las instituciones democráticas en la región, el apoyo por Ucrania, la lucha contra el cambio climático y una reforma de los organismos de desarrollo multilateral.

El Presidente logró así su foto tan soñada en la Casa Blanca, la que quiso desde el minuto cero de su mandato, cuando le dio indicaciones al embajador Jorge Argüello que la consiga. Después de varias postergaciones desde julio del año pasado por Covid de Biden y cuando pocos esperaban que se cumpliera, Fernández pudo por fin concretar su objetivo.

“Es un día peronista”, se entusiasmaban en la delegación argentina, en referencia al clima soleado y primaveral de la capital estadounidense, pero en tono de celebración partidaria. De hecho, es el primer mandatario peronista desde Néstor Kirchner que visita al presidente de EEUU en la mansión presidencial en 2003, una cita que no pudo conseguir Cristina Kirchner con Barack Obama.

Fernández llegó a la cita sin su esposa Fabiola Yañez porque Jill Biden está de viaje y porque “es una visita de trabajo”, dijeron desde la delegación. Fernández llegó acompañado de su canciller, Santiago Cafiero; el ministro de Economía Sergio Massa; el de Seguridad Aníbal Fernández y el embajador Jorge Argüello.

Biden le dijo a Fernández que “seguiremos los valores que compartimos, incluso en la ONU”, y le agradeció por la posición argentina de condenar a la agresión rusa en Ucrania.

Sobre el conflicto en Europa, Fernández le contestó: “Tenemos que trabajar mucho juntos y unir esfuerzos para que esa guerra termine y deje de llevarse vidas humanas y la economía del mundo se recupere. Cuando la FAO anuncia que hay más de 300 millones de personas están sufriendo de hambre a causa de la guerra, la verdad es que es cuando me doy cuenta que la paz es urgente. Todo lo que podemos hacer es trabajar juntos para que la paz se consolide cuanto antes”.

Lejos quedaron los roces que el Gobierno había tenido en el pasado sobre ese tema con EE.UU., cuando Fernández viajó a Rusia poco antes de la invasión y le ofreció que Argentina fuera puerta de entrada de Moscú a la región.

Biden agregó otros temas de interés mutuo: “Tenemos una buena oportunidad para seguir avanzando las relaciones económicas en temas de cooperación como energías limpias, tecnología“, completó

A su turno, Fernández contestó: “Tenemos una gran oportunidad por delante. El mundo demanda alimentos y energía. Todos esos bienes los tenemos en nuestros países y podemos producirlos”.

Sobre los valores democráticos en común que había planteado Biden, Fernández dijo que “nuestro gobierno cree en la democracia y en el respeto por los derechos humanos como pilares centrales de nuestro desarrollo. Y debemos seguir trabajando en esa dirección.”

En la reunión donde participaron todos los funcionarios, estuvieron por el lado estadounidense el secretario de Estado Antony Blinken, el subsecretario para la región Brian Nichols; el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan; el subsecretario del Consejo para América latina Juan González; la secretaria del Tesoro Janet Yellen y el embajador en Buenos Aires Marc Stanley. El gobierno de Biden puso a todos los funcionarios de primera línea para discutir temas de trabajo con los argentinos.

Desde el Gobierno buscaron presentar a la Argentina como un “aliado estratégico” de Estados Unidos, sobre todo por intereses comunes como la seguridad alimentaria, el cambio climático, y los minerales estratégicos como el litio y también el shale.

Como se explicó, la cumbre sucede cuando el directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional analiza la aprobación de la cuarta revisión del programa con la Argentina, en la que se plantea una flexibilización de la meta de reservas porque el Gobierno no puede cumplir, por la sequía y otras variables. Se estima que el board aprobará en una reunión -posiblemente este viernes- el cambio de objetivo, pero los números podrían agravarse aún más para el trimestre siguiente, y podría requerirse más flexibilidad del Fondo.

Por eso el rol de Estados Unidos es clave, ya que por el tamaño de su economía es el país que tiene más peso en cualquier votación del board sobre el tema. Es posible que ese tema se aborde en la reunión, pero seguramente Fernández planteará el tema de las sobretasas que aplica el Fondo a los países que tienen préstamos muy abultados como el caso de la Argentina. Este reclamo es constante del Gobierno, pero ha encontrado escaso eco en el organismo.

Que Fernández se haya sentado en el Salón Oval es un gesto de Biden para el presidente y la Argentina. Expertos consultados por esta corresponsal no dejaron de resaltar de que fuera convocado sorpresivamente para reunirse este miércoles, justo el día en que se inicia la Cumbre para la democracia, un encuentro virtual del que Estados Unidos es anfitrión, junto con otros cinco países.

Fernández siempre buscó erigirse como un interlocutor regional, alguien que pueda hablar con todos los presidentes de distintas vertientes ideológicas. Pero la gestión se vio complicada cuando la relación bilateral se tensó cuando el argentino hizo su gira por Rusia y China y dijo que la Argentina sería la puerta de entrada de Moscú a la región.

Sin embargo, luego de limar asperezas, el encuentro se programó para julio del año pasado. Pero días antes de concretarse Biden se contagió de covid y la cumbre se postergó dos veces por ese tema. Luego vinieron las elecciones de EE.UU. en noviembre y la pérdida de poder de Fernández parecieron dejar congelada la cita que finalmente logró concretarse.

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