Los ataques aéreos casi diarios en la frontera entre Israel y el Líbano dejaron este miércoles una soldado israelí muerta por cohetes de Hezbollah y nueve muertos en el Líbano por los ataques israelíes, en la peor escalada de violencia en el límite de ambos países desde el inicio de la guerra de Gaza. El jefe de la organización chiíta Hezbollah supeditó el fin de los ataques de sus hombres contra Israel a una tregua en Gaza y acusó a los mediadores extranjeros de tratar de rebajar la tensión en el sur del Líbano para proteger a Israel.

Israel augura “una ofensiva muy fuerte”

En un viaje a municipios del norte el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Herzi Halevi, advirtió: “Estamos intensificando los ataques sin cesar y Hezbollah está pagando un precio cada vez más alto. La próxima campaña tendrá una ofensiva muy fuerte y utilizaremos todas nuestras herramientas y capacidades”. Horas antes Israel había confirmado la muerte de la sargento Omer Sarah Benjo, de 20 años, después de que un cohete de Hezbollah impactara contra una base militar en la ciudad de Safed, a unos 14 kilómetros de la frontera, donde otras ocho personas resultaron heridas.

Este y otros ataques en Netua y Matara desencadenaron el bombardeo israelí contra “bases militares y operaciones de control” del grupo chiita proiraní Hezbollah, según un comunicado castrense, en las áreas libanesas de Jabal el Braij, Houneh, Dunin, Adchit y Souaneh. En Souaneh estos ataques causaron la muerte en su vivienda de una mujer de nacionalidad siria y sus dos hijos, un bebé y un niño de trece años, según confirmó la Agencia Nacional de Noticias del Líbano (ANN).

Además al menos cuatro miembros de una misma familia murieron por el bombardeo de un dron israelí contra un edificio en la ciudad de Nabatieh, en el sur del Líbano. El avión no tripulado tuvo como objetivo un inmueble residencial en el que perdieron la vida un matrimonio y dos de sus hijos, mientras los equipos de rescate todavía tratan de ubicar a otra persona que continúa desaparecida en el área, indicó la agencia estatal.

Además un miliciano de Hezbollah de unos 25 años falleció en el bombardeo de Adchit, según un comunicado del propio grupo islamista, que prometió una respuesta acorde ante “la agresión en la que civiles y niños fueron martirizados”. Herzi Halevi aseguró que “no es el momento de parar, todavía hay un largo camino por delante”, anticipando próximos ataques por parte de Israel en la que es ya la peor escalada de violencia en la línea fronteriza desde la guerra de 2006.

El jefe del movimiento chiita, Hassan Nasrallah, aseguró el martes que “cuando cese la agresión israelí contra Gaza y se alcance un cese el fuego, también cesarán los disparos en el sur” del Líbano, desde donde los comandos de Hezbollah lanzan cohetes contra el norte del Estado hebreo. “Si Israel amplía la confrontación, nosotros lo haremos también”, agregó Nasrallah en respuesta a las amenazas de dirigentes israelíes de desencadenar una guerra contra Líbano.

En un mensaje televisado, Nasrallah advirtió que si Israel desencadena una guerra contra el Líbano, deberá “preparar refugios, hoteles, escuelas y tiendas de campaña para acoger a dos millones de desplazados en el norte” de Israel. El jefe del Hezbollah dijo además que las delegaciones extranjeras que van al Líbano para tratar de rebajar la tensión en la zona “tienen un solo objetivo: proteger a Israel”.

Llamados a un alto el fuego

Estados Unidos apeló este miércoles a la diplomacia para resolver las tensiones en el Líbano tras los ataques israelíes en su vecino del norte. “Seguimos creyendo que existe un camino diplomático y seguiremos presionando para tratar de resolver este asunto de forma diplomática”, declaró a la prensa el vocero del Departamento de Estado, Matthew Miller.

Naciones Unidas alertó que la reciente escalada en la frontera entre el Líbano e Israel es “peligrosa”, por lo que instó al Ejército israelí y a Hezbollah a cesar sus ataques cruzados. “Reiteramos nuestro llamamiento a todas las partes a un alto el fuego y a trabajar hacia una solución diplomática”, indicó el portavoz del secretario general de la ONU, Stéphane Dujarric, en una rueda de prensa.

Dujarric reiteró que las fuerzas de paz de la misión de la ONU en el Líbano detectaron un “cambio” en los intercambios entre las fuerzas israelíes y los grupos armados en el país, incluyendo ataques contra “zonas alejadas de la Línea Azul”. “Existe un mecanismo a través del cual las Fuerzas de Defensa de Israel y las Fuerzas Armadas libanesas, así como la presencia de la ONU pueden tratar de desescalar y queremos que se utilice ese mecanismo”, recordó.

Las tensiones entre Israel y Hezbollah, apoyado por Irán, repuntaron tras la muerte a principios de enero del número dos de Hamas, Saleh Al Arouri, y otros seis miembros de la milicia palestina, incluidos dos altos cargos del brazo armado del grupo, las Brigadas Ezzeldín al Qassam, en un bombardeo achacado al Ejército israelí contra la capital libanesa, Beirut.

La frontera entre Israel y el Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006 con ataques diarios que se cobraron la vida de al menos 265 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbollah, que confirmó 194 bajas, algunas de ellas en Siria. Al menos unos 29 integrantes de milicias palestinas, un soldado y 22 civiles (entre ellos cinco niños y tres periodistas) también perdieron la vida en Líbano en este fuego cruzado. Por su parte al menos 19 personas han muerto en Israel, trece de ellas militares.