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El médico trucho detenido en una clínica de Quilmes usaba el sello de un doctor que murió en mayo

Cuando lo arrestaron, Jorge Daniel Zapata (60) tenía una tobillera electrónica por una causa de drogas. Le negaron la excarcelación por sus antecedentes.

Cuando a Jorge Daniel Zapata (60), el médico trucho de Quilmes, le pusieron las esposas, no se sorprendió: debajo del ambo llevaba una tobillera por una domiciliaria por drogas y, paralelamente, era buscado por la Justicia de San Martín. Ahora se conoció que usaba el sello de un doctor muerto.

“Usaba el sello de un médico que murió en mayo pasado y que trabajaba en esa clínica de Quilmes, donde Zapata atendía chicos y mayores”, explicaron fuentes con acceso al expediente a Clarín.

Zapata fue acusado por el fiscal Jorge Saizar, de la UFI N°5 de Quilmes, por el delito “de ejercicio ilegal de la medicina, en concurso real con usurpación de títulos y honores”, que tiene penas mínimas en el Código Penal.

Pero, en base a sus antecedentes y a la fuga, la Justicia de Garantías en las últimas horas rechazó el pedido de excarcelación presentado por su defensa, detallaron las fuentes.

A Zapata lo capturaron el 10 de junio en la clínica de Brandsen 128, en el centro de Quilmes. Según las fuentes, el establecimiento donde trabajaba el médico trucho “se encuentra en un presunto cambio societario“.

Ese día, policías de la DDI de Quilmes llegaron al lugar y se hicieron pasar por pacientes. También filmaron a Zapata en acción. En las imágenes se lo ve haciendo una receta.

Ante el fiscal del caso se negó a declarar cuando lo indagaron, aunque las fuentes contaron que, cuando le preguntaron a qué se dedicaba, Zapata dijo que “era empleado y hacía el traslado de enfermos”.

Zapata tenía un pedido de captura y una domiciliaria.

Zapata tenía un pedido de captura y una domiciliaria.

Antecedentes

Lo curioso del caso es que si bien a Zapata lo arrestaron ese 10 de junio, no fue por ser un médico trucho sino porque tenía un pedido de captura de la Justicia de San Martín por un “encubrimiento agravado”.

Y esos no eran sus únicos antecedentes. Llevaba una tobillera electrónica debajo del ambo porque gozaba del beneficio de la prisión domiciliaria, otorgado por la justicia federal de Lomas de Zamora.

“La causa contra Zapata es de 2017 y la tiene el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 de La Plata en la etapa de admisión de prueba. Son ocho los imputados por cultivar, guardar, tener y transportar estupefacientes desde Buenos Aires a Tierra del Fuego”, detallaron las fuentes.

El detenido fue reconocido por un policía que fue a atenderse a la clínica y conocóia sus antecedentes.

El detenido fue reconocido por un policía que fue a atenderse a la clínica y conocóia sus antecedentes.

Los delitos se cometieron entre junio y octubre de 2017 y, según detallaron voceros del caso, “a Zapata se le imputa conformar una asociación ilícita dedicada al tráfico de estupefacientes de manera organizada, en calidad de coautor, y agravada por ser más de tres miembros y por el delito de tenencia ilegal de arma de uso civil”.

Pese a ello, el 7 de diciembre de 2017 el Juzgado Federal N°2 de Lomas de Zamora le otorgó la excarcelación bajo caución juratoria y prohibición de salir del país, bajo vigilancia electrónica.

Fueron justamente esos antecedentes los que lo hicieron caer a Zapata y ahora le impiden salir de la cárcel.

Lo cierto es que la orden de detención por hacerse pasar por médico le llegó a la Fiscalía dos días después del arresto, por esas cosas que tiene la Justicia.

Según fuentes de la investigación, hay “al menos dos testigos que aseguran que Zapata atendió a sus padres” haciéndose pasar por un profesional del sanatorio y están dispuestos a declarar en el caso.

Todo comenzó hace cinco meses, cuando un agente de una fuerza de seguridad fue a la clínica Brandsen en enero de este año y reconoció al médico trucho por sus antecedentes y lo denunció.

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