La primera audiencia se centró en la lectura de la acusación y la relación entre el magistrado un despachante de aduana y tres abogados que integraban la banda delictiva.
El suspendido juez Federal de Mendoza Walter Bento, su esposa Marta Boiza y dos de sus hijos, Nahuel y Luciano, estuvieron sentados en la segunda fila de la sala de audiencias de la Justicia Federal, en la ciudad de Mendoza, en el arranque del juicio oral en su contra.
El Tribunal Oral Federal N°2 (TOF 2) de Mendoza juzga -desde este miércoles- a Bento de ser el líder de una asociación ilícita de despachantes de aduana y abogados que requerían dinero y bienes inmuebles a presos a cambio de favores procesales para los detenidos en causas de contrabando y narcotráfico.
En forma paralela, Bento enfrentará el mes que viene un jury en el Consejo de la Magistratura en el cual si resulta destituido y pierde sus fueros, irá preso porque se le dictó prisión preventiva por los graves cargos que pesan en su contra pero sus fueros, hasta ahora, lo eximen de ir a la cárcel.
Desde las 9 de la mañana, en la sala del primer piso de tribunales federales, comenzó la lectura de la acusación ante la requisitoria de las juezas que integran el tribunal: Gretel Diamante, María Carolina Pereira (ambas de la provincia de San Luis) y Eliana Rattá (San Juan).
Estaba presente el responsable de la instrucción de la causa, que es el fiscal general Dante Vega, junto por la fiscal del juicio, la fiscal de Cámara Gloria André.
Además de Bento y su familia, son juzgadas otras 29 personas. Se los acusa de 15 casos de cohecho activo (sobornos), lavado de activos, enriquecimiento ilícito, violación de secretos, violación de deberes de funcionario público y falso testimonio, según la denuncia de la fiscalía.
La lista de 29 imputados la completan: Alfredo Aliaga, Carlos Federico Barón, Martín Bazán, Marcos Adrián Calderón, Mariano Enrique Castro, Leandro Emanuel Cirot, Walter Aníbal Costa, Enrique de la Cruz Rodríguez, Daniel Gonzalo Martínez, Jéssica Miere, Jorge Omar Miranda, Juan Carlos Molina, Eugenio Nasi, Cristian Oliva, Javier Santos Ortega, Omar Armando Rodríguez y José María Sanguedolce. Todos estos por cohecho activo agravado.
En la primera jornada se leyeron varios testimonios que confirman que el asesinado despachante de aduanas, Diego Aliaga, decía que tenía contactos para sacar presos de la cárcel. La conexión era Walter Bento, a quien se refería como “primo” o “el que firma”. Incluso un testigo contó que le había llevado plata de una coima a un campo de golf.
La cantidad de acusados, testigos y pruebas auguran un juicio extenso que podría durar hasta un año. Solo la lectura del requerimiento de elevación a juicio llevará 8 jornadas. Las audiencias serán en tres jornadas semanales: miércoles, jueves y viernes, cada 15 días, que arrancarán a las 9 y terminarán cerca de las 16.30.
El abogado Mariano Cúneo Libarona renunció a la defensa de Bento. El abogado que lo reemplaza es Mariano Fragueiro Frías, quien viene de conseguir absoluciones en la causa Vialidad. Esta mañana, el defensor adelantó que Bento “va a declarar al comienzo de la ronda de testigos”.
Tanto frente a la Justicia como ante el Consejo de la Magistratura, Bento negó haber cometido ilícitos como juez federal.
Una docena de uniformados, tanto de la Policía Federal como del Servicio Penitenciario Federal, custodian la sala de debates ante la presencia de nueve procesados que están privados de su libertad.