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Maximiliano Batista, vice de Generación Zoe, rompe el silencio: “El más estafado de todos fui yo”

  • Lleva 17 meses preso en la causa que investiga una millonaria estafa bajo el esquema Ponzi.

Maximiliano Batista (44) dice que no tiene un peso. Jura que los ahorros de toda una vida se le fueron en los últimos 17 meses que lleva preso en el penal de Bouwer, en Córdoba, entre abogados y otros costos. Que si sale en libertad, se tiene que poner a trabajar de nuevo. Que, a pesar de estar implicado en la causa que investiga una de las estafas más millonarias de la última década, hoy está fundido. Como a miles de otros ahorristas, Generación Zoe a él lo dejó en la lona.

La diferencia que tiene con otros miles de damnificados del holding empresarial, que ofrecía retornos fabulosos en dólares y se desplomó con la fragilidad de un castillo de naipes, es que “Maxi” figuraba, en los papeles, como vicepresidente.

Por ese motivo hoy está detenido, mientras la Justicia de Córdoba sigue investigando qué pasó con el dinero de ahorristas de todo el continente. Una cifra que superaría los 120 millones de dólares, pero es difícil de calcular con precisión.

Profesor de zumba, coach, vendedor todoterreno, Batista figura en la causa como el segundo al mando en la firma de Leonardo Cositorto (53), su mentor, a quien conoce desde hace más de 25 años y con quien mantiene una relación con altibajos. Han sido socios, se han peleado, se acusan de traiciones, se arreglan. Hoy comparten pabellón.

A diferencia del verborrágico Cositorto, quien jamás dejó de hablar ni estando preso (mantiene una columna radial dos veces por semana desde la cárcel), Batista siempre había preferido el silencio. Casi un año y medio después, aceptó hablar con Clarín.

-¿Por qué salís a hablar ahora?

-Porque, en realidad, me mantuve mucho tiempo callado, y pensaba que la Justicia funcionaba de una manera correcta. Y hoy por hoy me estoy dando cuenta que en Córdoba no es así. Hablan del segundo de Cositorto, pero yo era el segundo en la parte del coaching nomás. Han declarado testigos que dicen que yo era un coach dentro de la empresa, que no hacía movimiento de dinero, ni tampoco era uno de los dueños. Leonardo siempre decía: ‘Yo soy el único dueño de la empresa, no tengo socios, no tengo inversores. El único que toma las decisiones soy yo’. Y yo llevo 17 meses preso, no me quedé con el dinero de nadie.

Maximiliano Batista, vicepresidente de Generación Zoe.Maximiliano Batista, vicepresidente de Generación Zoe.

El enojo principal de Batista (y Cositorto) está dirigido contra Luis Yrimia, un ex juez de la Nación con vinculaciones con la SIDE que llegó para tomar el rol de director jurídico y ordenar los papeles. Lo acusan de haber llevado negocios inviables, como una mina de oro fantasma, e incluso quedarse con 611 bitcoins. Hoy está prófugo, presuntamente radicado en Dubai. Es una de las varias figuras que estuvieron en el corazón de la empresa y hoy están afuera.

-¿Vos cuándo te sumás a Zoe y por qué?

-Yo arranqué en octubre de 2020 como inversor y como coach. Leonardo me habla de hacer la sociedad porque en Zoe estaba Miguel Echegaray (N. de. R: uno de los responsables de caja y detenido por la causa) y sentía que le estaba metiendo la mano en el bolsillo, que necesitaba alguien de confianza. Nosotros nos conocemos hace 25 años. Yo no vi peligroso ser vicepresidente

-¿Y qué te decían de la empresa?

-Tanto Yrimia como Gustavo Saavedra (abogado de Zoe, hoy libre tras un juicio abreviado) me decían “vos sos una figurita en la empresa. No pasa nada, está todo perfecto”. Ahora, Saavedra se va en libertad porque dice que se hace cargo de las estafas, que es culpable y sale. Era el que tenía la firma de Cositorto, se encargaba de la parte jurídica. Entonces es increíble que él se vaya en libertad y yo, que no tocaba el dinero, quede metido acá adentro. Repito: dicen que yo era el segundo de Cositorto, pero en el coaching nomás.

-¿Entonces quién era el número 2 de Cositorto?

-No había número dos ahí dentro la empresa, el único dueño era Leonardo. Si algo no pasaba por él, no se hacía. Es un tipo que toma las decisiones 100%.

De la calle al coaching

El primer trabajo que tuvo “Maxi” fue a los once años. En su casa hacía falta plata para pagar el alquiler y empezó a laburar en un almacén para sumar. Así pasó también por una heladería e incluso una casa funeraria, donde le pagaban por lavar los autos y luego ir a buscar los muertos. Todavía no había cumplido ni 15 años.

A los 16 se fue de su casa y dejó el secundario cuando su novia de entonces quedó embarazada, lo que fue motivo de conflicto familiar. Estuvo tres meses viviendo en la calle y durmiendo en una plaza hasta que en una pizzería lo tomaron para trabajar y le dieron una pieza para que durmiera ahí.

Batista vivió en la calle y hasta trabajó en un cementerio antes de conocer a Leonardo Cositorto.Batista vivió en la calle y hasta trabajó en un cementerio antes de conocer a Leonardo Cositorto.

En esa época también empezó a vender sahumerios puerta a puerta, o en las esquinas de Belgrano, cuando cortaba el semáforo. A los 18 comenzó a trabajar en una empresa de venta directa que se llamaba DS Max, la cual traía productos importados de China. Era 1997 y el 1 a 1 hacía que lluevan contendedores llenos de relojes, juguetes, perfumes. El presidente ahí era Leonardo Cositorto.

En unos meses ambos formaron un equipo de ventas exitoso. “Leo” lo tomó como un ahijado, le enseñó lo que sabía de venta directa. “Maxi” creció hasta formar sus propias oficinas. Luego se distanciaron y Batista siguió su propio camino. Profundizó el trabajo en el coaching, abrió más empresas de venta directa, vivió en Centroamérica.

Yo llevo 17 meses preso, no me quedé con el dinero de nadie

Maximiliano BatistaVicepresidente de Generación Zoe

Con Cositorto volvieron a tener algunos negocios que no prosperaron. Alguien que los conoce a los dos desde entonces cuenta a Clarín que se peleaban y se reconciliaban todo el tiempo. Así durante 25 años, cuando ambos volvieron al país previo a la pandemia. Leonardo lo convocó para que se sume a Zoe, que necesitaba alguien de confianza.

La empresa ofrecía educación online en una variedad de disciplinas por un precio fijo en dólares. En julio de 2020, por recomendación de un grupo de traders, Cositorto comenzó a prometer retornos mensuales de hasta un 7,5 por ciento en dólares a quienes se sumen a la empresa. Le habían asegurado que haciendo trading podían generar retornos fijos. Leonardo comenzó a ofrecerlo y se volvió furor.

La Justicia investiga si se trataba de un esquema Ponzi. Además de Córdoba, hoy hay causas en Salta, Corrientes, Santa Fe y Buenos Aires. Batista está acusado en apenas algunas de ellas.

Flyer de un evento de Generación Zoe. Batista se sumó como vicepresidente a pedido de Leonardo Cositorto.Flyer de un evento de Generación Zoe. Batista se sumó como vicepresidente a pedido de Leonardo Cositorto.

-¿Estás arrepentido de haberte sumado?

-De haber firmado como vicepresidente, sí. Por que al no tener ningún tipo de poder dentro de la administración yo no tenía control. La verdad que fue una mala jugada, por más que me lo pidió Leonardo por confianza. Hoy estoy pagando este precio por haber hecho un favor, que no tenía ningún rédito. No es que sacaba un dinero extra, era uno más, con un cargo de vicepresidente. Si volvería para atrás no lo haría porque la verdad no lo necesitaba.

¿Qué fue lo primero que te hizo ruido?

-El tema de los Álvarez (la familia que manejaba la oficina de Villa María, donde comienza la investigación). Yo le decía a Leo “fijate que están haciendo las cosas mal”. Y él me dice “Maxi, sos un desconfiado y un celoso. Acá el fundador soy yo, mirá si me vas a decir a mí lo que necesita”. Después también veía que se estaban abriendo un montón de negocios que nadie lideraba. “Leo, tenemos que enfocarnos en los negocios que sí están funcionando para que empiecen a crecer”. Él dejaba todo en manos de un montón de gente y me cansé.

-¿La plata fuerte de Zoe cuándo comienza a entrar?

-En marzo de 2021 éramos 6 o 7 mil personas. De ahí se fue a 109 mil personas a fines de 2022. Yo siempre decía que el 7,5 (de retornos de inversión en dólares) era impecable porque es algo que se puede generar en un trading o con un negocio. Pero después empieza a entrar un montón de gente que iba por la inversión. También hay gente que hizo desastre dentro de la empresa. Un líder que manejaba el sistema ponía lo que se invertía y podía dibujar esos números. Eso fue una de las cosas que hablé con Leonardo, que me parecía que estaba completamente errado. Y es ahí cuando él me hablaba de la confianza. Pero le daba la confianza para que manejan el sistema y ahí podían poner lo que quisieran.

-Es decir, cuánta plata tenía cada uno de los inversores, ¿no?

-Se podía dibujar, se perdía el control. Leonardo en eso no tenía control. Era una de las cosas que para mí estuvieron muy mal. Mirá, a mí me puede poner un millón de dólares en la puerta de mi casa que no te lo voy a tocar, porque yo tengo un cierto principio. Pero no todo el mundo ha sido enseñado de la misma manera.

El colapso

Para mediados de 2021, Zoe se había vuelto un holding enorme que incluía negocios tan disímiles como venta de terrenos, concesionarias de autos usados, una hamburguesería, una criptomoneda propia o pases de futbolistas a Tailandia. A la par, prometía retornos cada vez más agresivos (llamados Robots) de hasta 35 por ciento mensual en dólares.

Con Cositorto se conocen desde hace más de 25 años.Con Cositorto se conocen desde hace más de 25 años.

En ese momento, la Fiscalía N° 2 de Villa María, a cargo de Juliana Companys, comenzó a investigar la empresa para entender si existía allí una estafa. En redes sociales, por otro lado, comunidades de tuiteros pusieron el ojo en las promesas de la empresa y alertaban que tenía todas las señales de ser un esquema Ponzi.

Ante estos dos frentes, Cositorto contraatacó ofreciendo rendimientos más agresivos, una estrategia a la que Batista se opuso en soledad en la empresa. Dice que no le llevaron el apunte y comenzó a ver cómo irse. No tuvo tiempo. El 18 de febrero se emitieron órdenes de allanamiento y captura para los responsables. La empresa se cayó a pedazos.

“Maxi” estaba en Europa. Según su versión, se encontraba dando charlas y eventos, y con intenciones de ponerse a disposición de la Justicia. Pero regresó casi un mes después, el 21 de marzo. Por esa demora, la fiscalía hoy todavía le niega la prisión domiciliaria.

-¿Qué cosas te enteraste sobre la empresa desde que estás en la cárcel?

-Me encontré con dos firmas que se me pidieron porque me decían que Leo necesitaba que firme. Cuando preguntaba qué era, me decían: “¿No confiás en él?”. Más vale que sí, pero ¿qué estoy firmando? “Vos quedate tranquilo, es parte de ser vicepresidente”, me decían.

-Ahora, ¿quién debería estar preso que hoy no lo está?

-No sé si estar en cana porque es muy fuerte. Pero sí que tienen que investigar a las personas que habían hecho negocios con Leonardo y saber qué pasó con la empresa cuando lo detienen. Eso no se habla, pero cuando lo meten preso, la gente arrancaba las alfombras del piso de la oficina, los aires acondicionados, se llevaron todo. Hubo una corrida muy fuerte cuando le piden la captura internacional, la gente empezó a ir a la oficina. Si en un banco dicen que es una estafa, va a ir todo el mundo a sacar la plata y ningún banco de renombre tiene para devolver toda la que tiene depositada.

Maximiliano Batista fue detenido en marzo de 2021. Estaba en Europa.Maximiliano Batista fue detenido en marzo de 2021. Estaba en Europa.

¿Cómo estás hoy?

-Estando preso a mí me me fundieron, me destrozaron. Yo entré a la empresa con cinco autos y un departamento propio. Y ahora no tengo auto, moto, no tengo nada. No tengo plata ahorrada porque la gasté toda en estar acá y en abogados. Todo lo que ahorré en mi vida se me fue. Si hubiese pensado que esto es una estafa… Es más, si vamos a hablar de quién fue el más estafado de todos, el más perjudicado, fui yo. Porque a mi me vendieron una empresa que estaba excelente, que no había problemas. Hablabas con Leo y te decía: “Olvídate Max, tenemos un montón de proyectos, un montón de negocios, nos vamos para arriba”. Era todo el tiempo así.

-¿Quiénes son los responsables de que estén ahí adentro?

-Mucha gente que metió la mano donde no tenía que meter. Cuando vi que pasó todo lo que pasó, vendí un auto para pagarle a la gente. No todo el mundo hizo lo mismo. ¿Me entendés? No es que yo tengo medio palo guardado y salgo y ya tengo para vivir diez años. Ni en pedo, tengo que ponerme a laburar como cualquier persona. Entonces realmente pagar este precio me parece muy alto, pero lo estoy pagando porque no me puse a pensar si no estaría bien poner un abogado. Por no preguntar “decime qué estoy firmando”. Cuando le preguntaba a Yrimia cuáles eran las consecuencias, él me decía “Max, nada, porque acá el único que le pasaría algo es a mí, por ser abogado de la empresa y a Leonardo por ser el dueño”. Y por eso firmé como vicepresidente.

-¿Le tenés bronca a Leonardo?

-No, bronca no. Leonardo tampoco es un tipo que dice “voy a estafar”. Él armó una empresa para armar una comunidad.

-¿Volverías a hacer un negocio con él?

-No, ni en pedo.

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